En la antigüedad, el Sahara era completamente distinto a lo que conocemos en la actualidad, y es que hace varios millones de años, en lugar de un desierto, se trataba de una verde pradera con lagos y también pantanos.
Actualmente, existen numerosas teorías sobre por qué el Sahara termino convirtiéndose en el desierto más grande del mundo, algunas indican que esta zona sufrió un gran calentamiento debido tanto al reflejo de la luz solar como a la proximidad del Sol a la Tierra, mientras el periodo glacial quedaba atrás.
Mientras que otras se enfocan en el calentamiento global, cuyos efectos han sido determinantes desde hace varios siglos, además de mencionar también el factor humano.
El desierto del Sahara
Lo que actualmente conocemos como el caliente, inhóspito y árido desierto del Sahara, el más grande a nivel global, cuya extensión supera los 9 millones de kilómetros y cubre el territorio de 10 países del continente africano, en el pasado fue una región de frondosas praderas y sabanas con varios bosques, con muchas lluvias y lagos.
Pero eso ocurrió hace aproximadamente 5.000-10.000 años, durante un período denominado “Sahara húmedo o verde”.
Como señalamos, actualmente hay diversas teorías e investigaciones que buscan explicar cómo se formó el desierto del Sahara, considerando los diversos factores que pudieron dar lugar a la drástica transformación de esta región.
Y aunque existen opiniones diversas, la mayoría de los científicos coinciden al decir que el cambio ocurrió alrededor de 5.000 años atrás, como consecuencia de un fenómeno cíclico de mayor a menor insolación; el cual ocurre aproximadamente cada 20.000 años, según la órbita de la Tierra.
¿De qué manera se formó el desierto del Sahara?
Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Arizona, Estados Unidos, ha explicado cómo y por qué se formó el desierto del Sahara si hace miles de años era una zona de sabana y bosques.
De acuerdo con este estudio se conoce que la razón principal por la que se produjo dicho cambio se debe a un periodo de sequía que la zona empezó a sufrir unos 8.000 años atrás, cuando las lluvias solían ser 10 veces más fuertes de lo que son hoy día, lo cual terminó causando el enfriamiento del clima de las latitudes norteñas, y ese cambio climático, el cual tuvo una duración aproximada de 400 años, terminó devastando el manto vegetal del Sahara.
Es conveniente señalar que estos descubrimientos fueron posibles debido al estudio de sedimentos pelágicos encontrados en las costas del oeste de África, los cuales contenían la cera que en el pasado cubrió las hojas de aquellas plantas que existieron durante el periodo del Sahara verde.
De manera que se podría decir que el desierto del Sahara se formó debido a que las lluvias que registra no resultan suficientes para equilibrar la evaporación causada tanto por los rayos de sol, como por la transpiración de aquellas plantas que extraen agua de las zonas en las que se encuentra almacenada.
Y es que mientras las precipitaciones anuales no llegan a 225mm y dentro de grandes áreas suelen ser menores a 150mm, la evaporación anual registrada sobre la superficie suele rondar entre 2.100-2.400mm; y en caso de llover en verano, la evaporación del agua ocurriría incluso con mayor rapidez.
La superficie de esta zona depende tanto de la cercanía de los océanos como de la existencia y características de enormes cadenas montañosas.
Así, en este lugar de África, una zona desértica natural se sobrepone sobre la mayor masa continental a esa zona, totalmente carente de grandes cordilleras capaces de hacer frente a los predominantes vientos alisios, de modo que al no existir nada que cause la lluvia, el desierto se mantiene.
El Sahara consiste en una extensión de rocas antiguas, de neis precámbrico, las más antiguas del planeta, sobre las cuales se posaron grandes masas de calizas y areniscas, sedimentos de los mares cretácicos.
Sin embargo, considerando que grandes extensiones de areniscas y arenas no provienen del mar, ya que el mismo jamás tapó la zona oriental del Sahara, podría decirse que su origen consiste en el propio desierto.
Un Sahara nuevamente verde
El clima del desierto del Sahara ha experimentado grandes cambios con el paso del tiempo, variando de un estado húmedo a uno seco a lo largo de los últimos cientos de miles de años.
Dichos cambios son resultado de un ciclo de 41.000 años donde el eje de la Tierra varía entre 22-24,5°.
Ahora bien, además de haber tenido lugar hace alrededor de 5.000-10.000 años, lo cierto es que el período del Sahara verde también sucedió hace aproximadamente 125.000 años, por lo que al tratarse de un fenómeno que se caracteriza por ser cíclico, sería posible considerar que el mismo volverá a ocurrir, lo que significa que el Sahara podría volver a ser verde nuevamente.
Sin embargo, para esto habría que tener en cuenta la actividad humana que supone el mundo moderno y sus efectos.
Así, si bien es muy probable que el ciclo se repita dentro de varios miles de años, en este caso el mayor inconveniente serían las fuerzas antropogénicas, es decir, la influencia del ser humano, la cual se presentaría como un efecto más para la desertización, además de la variación natural, lo cual puede llegar a cambiar el equilibrio de toda la Tierra a futuro, y no únicamente del desierto del Sahara.
Te gustan los artículos de historia como a nosotros? Aquí te dejamos nuestros publicaciones con más éxito: